En qué momento debes cambiar tu limpiaparabrisas.

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El buen estado de las escobillas de tu limpiaparabrisas es una cuestión de seguridad. Sea un trayecto corto o largo, es necesario que estén en óptimas condiciones para evitar riesgos, pues aunque no lo creas ese simple detalle basta para prevenir accidentes de tránsito. El desgaste de estas se relaciona directamente con el entorno, ya que si el clima es seco es probable que se acumule suciedad e incrementan las probabilidades de abrasión; además se endurece la goma y termina rayando el parabrisas, cada vez que va de un lado a otro al tiempo que produce un sonido desagradable y vibraciones, porque no funcionan de forma correcta. Conviértete en un conductor precavido y mantente pendiente de cuándo cambiar tu limpiaparabrisas, ya que mejorará tu visibilidad en la carretera, más cuando manejas bajo la lluvia. Lo ideal es cambiarlos al menos una vez al año, a menos que registres un gran kilometraje y en ese lapso las usaras frecuentemente. En Talleres Lemans ofrecemos este y otros servicios para tu vehículo. Pide tu cita y te atenderemos, pero mientras te adelantamos unos datos para que conozcas algunas señales que te indiquen que es hora de sustituir los limpiaparabrisas.  

¿Qué nos indica que es hora de cambiar los limpiaparabrisas?

Probablemente no recuerdas cuándo fue la última vez que lo hiciste; capaz ni siquiera te has preocupado por el primer cambio. No esperes a que se dañen para que no se convierta en un peligro. Así como estamos pendientes de sustituir una llanta o un amortiguador, no le restemos importancia a un limpiaparabrisas. Este es el primer elemento que activamos cuando llueve y se convierte en una medida de seguridad que si descartamos pudiera tener saldos lamentables. Si tienes un coche antiguo o compras un vehículo de segunda mano, ten en cuenta que en los modelos de coches más viejos se acostumbraba a suplir las escobillas dos veces al año, pero con el paso del tiempo y los nuevos implementos que se usan para su fabricación, estas suelen durar un poco más. Ciertamente el clima produce la acumulación de polvo o suciedad constante, generando el desgaste con cada barrido, pues las escobillas trabajan constantemente. Además, los cambios de temperatura provocan el deterioro de la goma.  

Cambiar los limpiaparabrisas: señales más frecuentes

La señal más común y sencilla es el chillido que escuchamos apenas el limpiaparabrisas roza con el vidrio. Eso quiere decir que la goma se endureció y existe cierta holgura entre la escobilla y brazo. Esa es una de las posibilidades del sonido, la otra es que durante el movimiento para limpiar el cristal, la escobilla ejerza más presión de la cuenta, provocando los saltos o vibraciones. Otro indicativo de que es hora de cambiarlas es cuando en pleno funcionamiento dejan películas de suciedad o su paso por el parabrisas no es suave, sino que quedan marcas de humedad tras el arrastre. Esto último pasa por el daño en las gomas cuando son expuestas al calor o heladas extremas, pues terminan cuarteándose y perdiendo las propiedades de caucho. Suelen haber casos en los cuales los limpiaparabrisas están rotos y por eso no trabajan adecuadamente. O también pasa que los vemos “bien” y creemos que funcionan correctamente, pero la apariencia no determina su correcta operatividad. Si nos confiamos estamos expuestos a no mirar sin trabas cuando vamos por la carretera, incomodando al conductor, aparte de las posibilidades de un siniestro.  

En carretera decidimos bien, si miramos bien

Según estudios, el 90% de las decisiones que tomamos cuando estamos detrás del volante depende de lo bien que veamos, es por eso que no conviene descuidar el mantenimiento de un elemento tan importante como los limpiaparabrisas. Cuando un limpiaparabrisas está vencido, no demuestra la misma flexibilidad, incluso la va perdiendo en el transcurso del uso. Realicen la prueba y verifiquen en sus coches las condiciones de sus limpiaparabrisas. Fíjense si la goma tiene a lo largo otra pequeña capa que parece goma pero realmente es suciedad. O si este perdió su forma y está más curvo, impidiendo el contacto con el cristal. No olvides que los rayos del sol endurecen y eso es lo que suele pasar con las gomas y escobillas de los limpiaparabrisas, en los automóviles que están en constante exposición al sol; de ahí que queden “tostados”, produzcan los rayones al cristal y muchos menos haya contacto con el vidrio, por lo que quedaría sucio y poco a poco se perdería la visibilidad nítida que necesitamos. Así como el sol quema y endurece, el hielo también. La goma se tensa y hasta puede quebrarse, debilitando la presión necesaria para que se deslice sin trabas durante la limpieza. De igual manera hay que tener cuidado con los bordes del limpiaparabrisas, pues tienden a “comerse” por el uso constante. Si quedan sin borde, no contarán con el ángulo indispensable para ejercer la limpieza como debe ser; de hecho, el agua se retiene debajo de este y se queda en el vidrio, reduciendo la visibilidad del chofer.  

Cambiar los limpiaparabrisas: otras recomendaciones que no debes omitir

Ya sabes cómo detectar cuándo toca el cambio del limpiaparabrisas, pero ¿quieres otras recomendaciones?
  • Cada vez que corresponda lavar tu automóvil o asearlo por dentro, recuerda hacer lo propio con el limpiaparabrisas. Usa un pañito suave y humedecido; además, descarta productos con químicos que acaben con las gomas.
  • Cuando sea invierno y no tengas dónde resguardar tu coche, coloca una lámina u hoja de plástico o cartón entre las escobillas y el vidrio, a fin de que estos no se peguen por la congelación. Si por algún motivo sucede, entonces no actives el limpiaparabrisas hasta que por sí solas se descongelen las escobillas.
  • Opta por líquido anticongelante para que no se revienten las escobillas después si es que están congeladas.
  • Cuando vayas a cambiar de limpiaparabrisas, asegúrate de comprar unos de calidad: que te duren y lo demuestren a través de su resistencia.
 

Selecciona las escobillas adecuadas

Otro punto muy importante es seleccionar las escobillas adecuadas, porque no solo es cuestión de precio, además de la calidad, hay que escoger las que se adecúen a nuestro coche. Los diseños de escobillas  varían. Existen las que son convencionales, caracterizadas por su resistencia y durabilidad, ya que son de estructura metálica. La limpieza que ofrecen es aceptable y están cubiertas por pintura anticorrosiva y garras rectangulares. Otras son planas y de goma 100%. Son más aerodinámicas, limpiando el parabrisas con mayor facilidad, disminuyendo la posibilidad de dejar rastros, marcas, rayas o suciedad. Lo ideal es que el alcance de las escobillas que compre, abarque el espacio necesario. Entonces, no olvides: si bien hay limpiaparabrisas de calidad y con una durabilidad aceptable, sobre todo los que se fabrica actualmente, nada es para siempre. Cámbialos al menos una vez al año, considera la permanencia de tu coche bajo la lluvia, sol, hielo, polvo y otros elementos que terminan dañando los limpiadores. Sugerimos los cambios en otoño, para que en invierno tengas tu equipo nuevo y funcionando como debe ser. La prevención al volante es primordial y la única manera de tener visibilidad decente cuando manejamos, es con un parabrisas perfectamente limpio.

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